No se mueven las hojas de los árboles

Algunos poemas sueltos, Melina Sánchez.

No se mueven las hojas de los árboles porque tengan vida
sino por el presagio de tormenta que trae el viento
y eso más la tristeza de este cielo gris con negro
me recuerda la muerte de mi vecina hace algunos días.

A nadie le duele la muerte de mi vecina
en este barrio de malevos que porque no han ido al jardín de infantes
se divierten ahora con hacer sufrir...
como si jugaran a los soldaditos.

Yo traía un dolor hospitalario al finalizar enero,
esta cueva me sentó mejor con su presencia,
me imaginaba a la gente en la playa, de vacaciones,
incluso frente a la televisión y me la figuraba casi feliz por lo menos,

yo veía solo la ventana.
Mi vecina me sonreía desde su guardia solemne en el patio frente a mi comedor.
Ella convertía esta cueva
en algo ligeramente vivo,
en algo ligeramente verde,
en algo ligeramente a salvo.
Me cuidó toda mi convalecencia
desde ese improvisado jardín,
por nada a cambio.
El jueves pasado salí temprano y volví para la cena,
la habían cortado en mi ausencia.
Esperaban mi regreso la base de su tronco y caca de gato a un costado.
No solo final triste, sino final bizarro.
¿A quién puede importarle la muerte de una palmera?


*****
Necesito una casa

¿Cuántos poemas
tendré que escribir
para comprar una casa?
¿Cuántos versos?
¿De qué extensión?
¿En qué estilo?
¿Siguiendo qué moda?
¿Cuántas monedas
me pagarán
por un poema?
¿Cuántos minutos
me escucharán
por un poema?
¿Cuánto tiempo
les podré robar
por un poema?
¿Se detendrán a oírme?
¿Cuánto?


*****
Los primeros paisajes
son como la lengua materna
permanecen
los cuatro tilos
la magnolia
y las manos de mi padre
plantándolos
y nuestros ojos mirando
hacia el cielo
viéndolos crecer
en el jardín trasero
eso somos nosotros
yo confío plenamente en el recuerdo.


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Algunos poemas sueltos de Melina Eliana Sánchez, poeta y escritora argentina. | Facebook: Melina Sanchez (Mel)