Garganta profunda, de Gerard Damiano

A mediados de los años sesenta cineastas estadounidenses comenzaron a producir cortos pornográfico de cinco a 15 minutos, en 16 milímetros, proyectados en salas de cine semiclandestinas o en cubículos masturbatorios, donde la persona depositaba una moneda y veía imágenes sexuales. En Estados Unidos había alrededor de 25 salas que proyectaban cortos eróticos europeos.

Garganta profunda, de Gerard Damiano
Garganta profunda (1972), de Gerard Damiano.

Con la despenalización del porno en Dinamarca entre 1966 y 1969, pornógrafos empezaron a cortos y largometrajes de sexo explícito. Una de las primeras películas exhibidas en Estados Unidos fue: Mona, la virgen ninfómana (Virgin Nymph), de Bill Osco. La cinta trata de una mujer que promete a su madre llegar virgen al matrimonio, pero ello, no le impide disfrutar de los placeres sexuales, así su mayor práctica se vuelve el sexo oral.
En 1972 aparece Garganta profunda (Deap Throat), de Gerard Damiano, protagonizada por Linda Lovelace, cuyo verdadero nombre fue Linda Susan Boreman. La obra se convirtió en un clásico de este género. La trama gira entorno a los problemas sexuales que tiene la protagonista, pues no puede llegar al orgasmo debido a que su clítoris se encuentra en su garganta. Dicho descubrimiento fue hecho en una consulta por el médico, interpretado por Harry Reems, considerado uno de los pioneros de este género. Para resolver su problema, la actriz se disfrazada de terapeuta y en sus consultas le practica sexo oral a sus pacientes.
La presentación de la película se exhibió en pocos cines; su presupuesto de realización fue de entre 25 y 40 mil dólares. En esta cinta Damiano insertó lopps (cortos sexuales), con la intención de que la trama fuese coherente.
Garganta Profunda creó un debate moral y de libertad de expresión en Estados Unidos, donde, hasta el momento, no existían leyes explícitas que sancionaran la exhibición o realización de este tipo de obras. En 1973, luego de un largo proceso, una corte condenó y exigió una multa de tres millones de dólares y la clausura del cine donde se realizó la premier del filme, el New Mature World.
Gerard Damiano nació en Queens, Nueva York, en 1928, para mantener su vida de cineasta trabajaba en una peluquería donde escuchaba todo tipo de historias sexuales, relatos que utilizaba para crear sus obras. En ese periodo realizaba cortos y producciones underground donde colocaba su propio sello sin alinearse a las formas convencionales del cine de su tiempo.
Damiano no recibió dinero por la realización de Garganta profunda, debido a que renunció a toda regalía por la obra; sin embargo, ganó prestigio y fue considerado para la creación de más obras. Así, en 1972, inició un nuevo filme: El diablo en la Señorita Jones (Devil In Miss Jones), protagonizada por Georgina Spelvin.
La trama cuenta que la Señorita Jones no lleva una vida pecaminosa, pero no está satisfecha con ella, por ello decide cortarse las venas. Luego aparece con un mediador, quien le dice que su acción no es tan grave para ir al infierno, pero si lo suficiente para no ir al cielo. Debido a esta situación es guiada para descubrir todo tipo de placeres sexuales y poder entrar al infierno.
En una de las escenas Damiano representa a un personaje en un cuarto (posiblemente psiquiátrico), obsesionado con el vuelo de las moscas, allí la Señorita Jones es condenada por toda la eternidad y pide a su compañero de habitación que tenga sexo con ella.
En 1975, Damiano realizó Story of Joanna (La historia de la O), adaptación de la novela homónima de la escritora Paulín Reáge. Para los críticos ha sido la mejor interpretación cinematográfica hecha de esta novela. En dicho filme se transgredieron las reglas morales del cine porno, puesto que hasta ese entonces, no se habían introducido escenas de relaciones homosexuales.
Otro filme de Damiano que causó furor fue Skin Flicks (1978). Hay quienes lo consideran como la protesta del director al mundo porno. Es una especie de documental dentro de una película, donde se muestra las entrañas de la industria pornográfica, los productores son presentados como insensibles e incapaces de apreciar el arte.
El porno ha cautivado a gran parte de las personas, genera en la mente del espectador la tan anhelada salida de la realidad, y así como Damiano, hubo realizadores que crearon filmes de culto que perdurarán con el paso del tiempo. El cine porno también es cine y se consume bastante.

Historias del cine porno son una serie de artículos que abordan los orígenes de este género de industria cinematográfica. Para este número, se tomaron referencias del libro de Pornografía. Sexo mediatización y pánico moral (2004), Plaza Janes, del escritor y crítico Naief Yehya.

---- De la redacción, Apóstrofe