Probablemente un día volvamos a coincidir entre los escombros de la vida pasada, entre atardeceres que nunca sucedieron.
Probablemente llegue puntual.
¡Maldita sea!
¡Siempre tarde!
Nunca podré quitarme esa costumbre.
Siempre llego a deshoras a la vida de los otros.
Quizá un día, quizá en otros tiempos, pueda ser arena en un reloj.

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Poética, de Esther Cervantes.


Te miro y recorro con mi aliento cada parte de tu cuerpo.

Sobre la cama, como perra olfateo y guardo en mis recuerdos tu aroma y tu sonrisa pequeña y traviesa.

Te miro, me miras y de repente quisiera decirte todas las palabras de amor que te he escrito, pero que se ahogan en mi pecho, que se hunden y sólo llegan a salir en una ínfima lágrima, sumergiéndome en tu existencia con el éxtasis de una última vez.

Ahora a estas horas te busco en mi piel y en mi sombra que se refleja en el piso de la casa; entre las risas; sobre mi almohada al despertar; en el humo del café matutino; incluso en el periódico, para saber si sale alguna noticia sobre tí.

Me muerdo los labios para saber si aún queda un rastro que me hable de tí… pero ya no estás.


Esther Cervantes... egresada de la licenciatura de Letras Latinoamericanas por la UAEM Amecameca. Dramaturga, titiritera, cuenta cuentos y promotora de lectura.